Habitar nuestro taller

Habitar nuestro taller es participar en una trama que enlaza nuestro punto de vista sobre el campo conceptual, el arco temático y nuestros modos de práctica en taller. Las imágenes seleccionadas por el equipo docente muestran la libertad de expresión del estudiantado al momento de resolver los problemas proyectuales. Los videos son síntesis que ejemplifican nuestros modos de habitar el Taller.

Proyecto Arquitectónico I, II y Proyecto Final de Carrera
Carrera de grado - Arquitectura

Cátedra: Mg. Arq. Susana Paganini
Adjunta: Arq. Mariela Szpac
Docentes a cargo: Arqs. Martín Álvarez, María José Basualdo, Daniela Chiarito, Mg. Soledad Chamorro, Lautaro Dattilo, Cecilia Ferrero, Costanza Galati, Bruno Girgenti, Paola Meli, Sofía Mir, Bibiana Rezzoagli, Sebastián Ruani.
Colaboran:  Arqs. Melani Atencio, Celeste Garaffa.

Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño 
Universidad Nacional de Rosario - Diciembre 2023 

Habitar Nuestro Taller es sentir la seguridad que tenemos en nuestro hogar. Es formar parte de una red entretejida de lazos afectivos a partir de la diversidad de identidades y diferencias, con el compromiso en la defensa de la educación pública.Enlazadas por el respeto mutuo, los acuerdos entre docentes y estudiantes en un espacio nutritivo, ámbito de encuentro e interlocución, plural, en ejercicio de la ciudadanía universitaria.
En esta red que vincula temas y necesidades reales de la ciudad y el territorio los ejercicios de arquitectura en las asignaturas Proyecto Arquitectónico I y Proyecto Arquitectónico II, preparatorias para la instancia de Proyecto Final de Carrera, son organizados en vertical y horizontal; esos trabajos prácticos son el acompañamiento en el proceso de la autogestión del conocimiento de los estudiantes durante el recorrido del cursado en Nuestro Taller. En el campo de la pedagogía de la pregunta -como acto de reflexión permanente- profundizaremos nuestros esfuerzos en re-pensar la producción de los Trabajos Prácticos (TP) como un sistema de ayuda o guía, instructivos escritos y gráficos como estrategia en la relación enseñanza aprendizaje. Nos apoyamos por un lado en las clases teóricas que expresan nuestro punto de vista sobre los factores significativos básicos del proceso proyectual y la utilización de técnicas proyectuales y por otro en la ejercitación dispuesta en didácticas específicas detalladas en sus enunciados. Esta modalidad tiende a evitar el vacío de la página o pantalla en blanco, tanto en el inicio como en el transcurrir del proceso. Sumado a esto, al imprimir un ritmo de producción, se propone fortalecer gradualmente la autonomía estudiantil, por un lado y el trabajo grupal y colaborativo, por el otro, para alcanzar la autogestión del conocimiento y la evaluación colectiva en la reflexión crítica.
Otras actividades complementarias de carácter no obligatorio acompañan al cursado como instancias de formación adicional, transversales: las Cátedras Libres, los Ciclos de charlas con profesionales invitados, los llamados a la Adscripción a la Docencia, la formación de estudiantes y docentes extensionistas e investigadores, la realización de Seminarios internos de Reflexión Crítica entre docentes y adscriptos, la participación en Congresos, Muestras Académicas físicas y digitales, en Convenios con instituciones gubernamentales y no gubernamentales, Workshops, la organización de viajes y de visitas de obras locales y regionales.
Se alienta también la participación en las publicaciones propias autofinanciadas como la “28mm” y “en público”. Todas las actividades descriptas son comunicadas en clase y a través de la Plataforma Moodle y de las Redes Sociales.

UNA APROXIMACIÓN AL CAMPO CONCEPTUAL
Nuestro punto de vista sobre la educación arquitectónica ensambla el concepto sobre el espacio público urbano —entendido como recurso para la integración social— con el proyecto urbano-arquitectónico como metodología activa en su defensa. Esa articulación contextualiza el arco temático en el que se desarrollan los trabajos prácticos en el programa anual. La ejercitación proyectual se aborda a partir de temas y necesidades reales de la ciudad y el territorio; es ese espacio público, en sus diferentes formas urbanas, el que hace posible la convivencia colectiva. Liernur (2003) señala que “la defensa del espacio público no debería entenderse como sectorial, conveniente exclusivamente para ciertos grupos, por más amplios que sean, de la sociedad. Desde ese punto de vista, en la defensa del espacio público se juega el destino de la ciudad como tal y con ello del más maravilloso artefacto humano, creado gracias a la imaginación y el trabajo de generaciones” (p.5). Es en este marco que la ciudad, lugar de interacción entre lo individual y lo colectivo, lugar de la palabra, donde pueden desarrollarse y fortalecerse el conjunto de las relaciones sociales entre diferentes, es conceptualizada como recurso para la integración social. Reflexionar sobre lo público en arquitectura implica inmediatamente remitirse a lo privado y a sus formas de manifestarse, aunque no de manera excluyente. Las urbanizaciones tanto en barrios cerrados como en asentamientos irregulares o villas, aún desde causas marcadamente diferentes, son una organización del espacio privado, del tejido residencial. Ambas tienen orígenes múltiples, en un sistema de uso del suelo impuesto por los intereses particulares del mercado por encima de las necesidades colectivas, que alienta la segregación y el desencuentro. En ese umbral o frontera entre el par público-privado que a veces se define con mucha precisión y en otros tantos casos no se presenta con claridad, el avance de uno sobre el otro puede vulnerar el derecho de la ciudadanía a la accesibilidad libre y gratuita al Espacio Público y atentar contra la representación de lo colectivo. La ciudad es el escenario de esa fricción permanente entre intereses particulares e intereses generales o colectivos: cuando hay ausencia o insuficiencia de políticas públicas, se manifiesta una crisis que abona el camino de la exclusión de los sectores de menos recursos económicos, factor que incide en el abandono o la privatización del espacio público, conlleva la degradación ambiental, infraestructural, paisajística del espacio urbano. Motivo que induce a la educación arquitectónica pública a enseñar a cuidar lo común, el interés general, a protegerlo de los avances de intereses particulares mezquinos.
Es así cómo la ejercitación curricular de los trabajos prácticos situados en lugares urbanos tanto de dominio privado como público en la ciudad y el territorio —con amplitud de temas, problemas y programas y variedad de escalas técnicas y conceptuales— impulsa una práctica crítico-reflexiva y propositiva de proyectos urbano-arquitectónicos orientados hacia la defensa del interés común, colectivo, general por sobre cualquier tipo de interés particular; una práctica que promueva la integración urbana: económica, social, cultural, educativa y ambiental. El desarrollo de las materias optativas, en particular el Taller de Espacio Público Vulnerable, resulta un apoyo al campo conceptual, desde el ejercicio de proyectos que resuelven conflictos en el espacio público ribereño.

EL ARCO TEMÁTICO
Se abordan temas como modos de habitar, educación, salud preventiva, cultura, deporte en distintos niveles y complejidades habitados ficcionalmente por diversos usuarios (franjas etarias diversas, distintos sectores sociales, género y diversidades). También se problematizan aspectos ambientales, acondicionamiento climático pasivo, proyectos sin barreras arquitectónicas. Se los inscribe en los Sistemas Normativos de macro y microescala, Planes urbanos, ambientales, territoriales, y los reglamentos de edificación. El objetivo de vincular la práctica a la ciudad real, promueve la ejercitación proyectual en temas y problemas seleccionados por distintas vías o caminos. Una de ellas ha sido la elección voluntaria de áreas de reconversión pertenecientes tanto al Plan Urbano Rosario 2007-2020 (PUR) como también al Ente de Cooperación Metropolitana (ECOM) para intervenir en los ejercicios. Los estudiantes han realizado exploraciones alternativas a las propuestas en dicho Plan, alcanzando a través de los años una producción numerosa y diversa en diferentes áreas de renovación urbana. La segunda vía marca diferencias con la anterior ya que promueve la participación en Convenios de cooperación técnica. De ese modo hemos indagado en planes maestros para el Centro Universitario con la Universidad Nacional de Rosario (UNR), se ha coordinado el Convenio Específico Legado Deliot en el Humedal del Paraná, entre la Municipalidad de Rosario (MR) y la FAPyD; también proyectos urbanos que exploran reformas a las normativas vigentes como instrumento actuación pública en convenio con la Secretaría de Planeamiento de la MR; También nos ocupamos de investigar el rol de la vivienda popular en la construcción de la ciudad, con propuestas al decir de Sennet (2019) de sutura o solución, “de la fisura entre habitar y construir” (p.311) en 2022 con un convenio con la Provincia de Santa Fe ; también hemos participado en el Convenio de Arquitectura hospitalaria.
La tercera vía posible son los Workshops irremplazables espacios de encuentro de los distintos talleres de la Casa y de otras facultades. Ofrecen la oportunidad de salir de la comodidad del lugar conocido al momento de enfrentar un problema urbano arquitectónico. Se realizan intervenciones que van desde la pequeña a la gran escala, en un lapso reducido de tiempo.
Por último, otra manera de vinculación con la sociedad incluye los Proyectos de Extensión universitaria a través de las convocatorias anuales que realiza la Universidad (UNR). Estos han sido incorporados a la práctica de “hecho” o como Programa Académico Territorial (PAT); tienen como objetivo curricularizar las actividades de docentes y estudiantes extensionistas que integra la cátedra. La modalidad de la labor se da a través de los Trabajos Introductorios y los Trabajos Integrados, que realizan conjuntamente las tres asignaturas del Taller.
En ese marco, la práctica académica es entendida como una práctica proyectual social, ejecutada desde nuestro modo de hacer: el proyecto arquitectónico como integrante de un proyecto cultural, no sólo técnico constructivo, que asume las particularidades locales, con arraigo rosarino y que desde allí, hacen un contrapunto con lo regional y lo global.

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